
Mucho... poco...demasiado...nada...
¿Cuan efímero puede ser el tiempo? Relativo en verdad. Pero la verdadera cuestión esta en el uso que se le da.
A menudo uno suele mirar el reloj; y si este se trata de manecillas, se siguen con la mirada, y el segundero da la vuelta, una, dos, tres veces, o las que sean necesarias para que se cumpla el tiempo que con tanta ansia esperamos.
Una mujer ha comprado su crema depilatoria, la aplica en sus piernas y lee las indicaciones al reverso del empaque; estas indican que debe esperar 6 minutos para que pueda retirar la crema. Entonces, la mujer se sienta, toma su reloj en la mano, y se cerciora de la hora en que inicialmente aplico la crema.
No tiene nada que hacer, se encuentra encerrada en el baño y para variar se le ha hecho tarde para el trabajo, solamente que era necesario depilar sus piernas pues tenia pensado usar falda para ese día.
Vuelve a mirar el reloj, apenas ha pasado un minuto desde que termino de aplicar la crema.
Esta aburrida y desesperada, se levanta de donde se encontraba sentada y comienza a caminar por la habitación. Y de nuevo mira el reloj; este se encuentra exactamente igual que la última vez. Se extraña, ¿acaso estará sirviendo bien su reloj? lo revisa, pero todo esta en orden, el reloj esta en perfectas condiciones, pero el tiempo que ha transcurrido para ella ha sido eterno.
Por fin! el reloj marca un minuto mas, pero la mujer maldice lo lento que esto le esta resultando.
Inesperadamente, su movil suena, ella contesta. Se trata de su comadre la chismosa, quien no se aguantaba para contarle el último evento.
La mujer acepta la llamada agradecida, pues se encontraba aburrida y desesperada.
Y después de haber chismeando de los inocentes involucrados, la mujer hace una pausa y mira su reloj; se queda muda, e inmediatamente cuelga a su comadre sin decir una sola palabra mas, pues, han pasado ya 12 minutos, y ella ni siquiera los ha sentido pasar.
El tiempo es injusto y despiadado. Nos odia en secreto, cuanto más felices y gozosos nos ve, mas nos roba eso instantes que tanto placer nos provocan, pero en cuanto nos ve agonizantes e infelices, se encarga de que nos parezca eterno.
La verdadera felicidad llega a nosotros como una rápida descarga eléctrica momentánea, pero la desdicha se podría apoderar de nuestra vida para siempre, perdiendo la noción total del tiempo.
Perdemos el tiempo, de mil maneras o de muy pocas, una, o muchas veces. Pero a fin de cuentas este no se detendrá, nos arrastra, lo sabemos, y todos conocemos cual será el final y cuando se detendrá. ¿Pero que podemos hacer ante tal monstruo? Al rey de la decepción, Al príncipe del dolor. Pues queramos o no, este es dueño de nuestra vida, tanto como nosotros somos dueños de su servicio.
Porque te apuesto que cuando menos te des cuenta, te devorara, sin piedad ni sutileza, somos sus esclavos; desaparecerás si no encuentras la inmortalidad, quedaras perdido en el olvido, solo y moribundo, pues su único lema es no mirar atrás y seguir para adelante, porque por mas que uno mire y extrañe los momentos de gloria, él no tendrá escrúpulos, porque ha sido creado con tanta perfección que esto es solo lo que nos queda, simples y vagos recuerdos maravillosos, que, en un futuro, él también se encargara de aniquilar, porque nadie puede con el, que finalmente este termina siendo nuestro y nunca nadie podrá detenerlo, jamás.
"Tan miserable es el tiempo, como el miserable uso que se le da"
¿Cuan efímero puede ser el tiempo? Relativo en verdad. Pero la verdadera cuestión esta en el uso que se le da.
A menudo uno suele mirar el reloj; y si este se trata de manecillas, se siguen con la mirada, y el segundero da la vuelta, una, dos, tres veces, o las que sean necesarias para que se cumpla el tiempo que con tanta ansia esperamos.
Una mujer ha comprado su crema depilatoria, la aplica en sus piernas y lee las indicaciones al reverso del empaque; estas indican que debe esperar 6 minutos para que pueda retirar la crema. Entonces, la mujer se sienta, toma su reloj en la mano, y se cerciora de la hora en que inicialmente aplico la crema.
No tiene nada que hacer, se encuentra encerrada en el baño y para variar se le ha hecho tarde para el trabajo, solamente que era necesario depilar sus piernas pues tenia pensado usar falda para ese día.
Vuelve a mirar el reloj, apenas ha pasado un minuto desde que termino de aplicar la crema.
Esta aburrida y desesperada, se levanta de donde se encontraba sentada y comienza a caminar por la habitación. Y de nuevo mira el reloj; este se encuentra exactamente igual que la última vez. Se extraña, ¿acaso estará sirviendo bien su reloj? lo revisa, pero todo esta en orden, el reloj esta en perfectas condiciones, pero el tiempo que ha transcurrido para ella ha sido eterno.
Por fin! el reloj marca un minuto mas, pero la mujer maldice lo lento que esto le esta resultando.
Inesperadamente, su movil suena, ella contesta. Se trata de su comadre la chismosa, quien no se aguantaba para contarle el último evento.
La mujer acepta la llamada agradecida, pues se encontraba aburrida y desesperada.
Y después de haber chismeando de los inocentes involucrados, la mujer hace una pausa y mira su reloj; se queda muda, e inmediatamente cuelga a su comadre sin decir una sola palabra mas, pues, han pasado ya 12 minutos, y ella ni siquiera los ha sentido pasar.
El tiempo es injusto y despiadado. Nos odia en secreto, cuanto más felices y gozosos nos ve, mas nos roba eso instantes que tanto placer nos provocan, pero en cuanto nos ve agonizantes e infelices, se encarga de que nos parezca eterno.
La verdadera felicidad llega a nosotros como una rápida descarga eléctrica momentánea, pero la desdicha se podría apoderar de nuestra vida para siempre, perdiendo la noción total del tiempo.
Perdemos el tiempo, de mil maneras o de muy pocas, una, o muchas veces. Pero a fin de cuentas este no se detendrá, nos arrastra, lo sabemos, y todos conocemos cual será el final y cuando se detendrá. ¿Pero que podemos hacer ante tal monstruo? Al rey de la decepción, Al príncipe del dolor. Pues queramos o no, este es dueño de nuestra vida, tanto como nosotros somos dueños de su servicio.
Porque te apuesto que cuando menos te des cuenta, te devorara, sin piedad ni sutileza, somos sus esclavos; desaparecerás si no encuentras la inmortalidad, quedaras perdido en el olvido, solo y moribundo, pues su único lema es no mirar atrás y seguir para adelante, porque por mas que uno mire y extrañe los momentos de gloria, él no tendrá escrúpulos, porque ha sido creado con tanta perfección que esto es solo lo que nos queda, simples y vagos recuerdos maravillosos, que, en un futuro, él también se encargara de aniquilar, porque nadie puede con el, que finalmente este termina siendo nuestro y nunca nadie podrá detenerlo, jamás.
"Tan miserable es el tiempo, como el miserable uso que se le da"
pues somos esclavos de nuestro propio tiempo...
;By Marie♥